Cuando sola me encontraba,
en oscuridad cegada,
confundida y descarriada,
tu llegaste, tu viniste a mí,
y me mostraste el camino que debía seguir,
con una lámpara en tu mano me guiaste hacia el vivir,
y llenaste mi ser de ti,
enseñándome a vivir por ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario